¡¡Nueva reseña!! En esta ocasión de la mano de Manolo Gil.
Me he aficionado a la literatura de Pau Luque.
Lo digo sin ambages, porque los libros de este autor, al menos los que he
leído, los encuentro muy sugerentes. He accedido a ellos de manera no
cronológica, saltando de obra en obra conforme caían en mis manos. Una forma de
leer que me ha resultado estimulante por lo que tiene de movimiento de caderas
a lo Ricky Martin -«un pasito pa’lante y un pasito pa’trás»-,
que es como aplicar la analepsis y la prolepsis a ritmo de pop latino. Pero una
cosa es la sorna literaria y otra los gustos melómanos. Si realmente tuviéramos
que atender a las preferencias musicales de nuestro autor, sobre las que habla
largo y tendido en sus escritos, tendríamos que dejarnos de sones caribeños e
ir directamente a Nick Cave. Sin el músico australiano, Luque
quedaría incompleto.
Conocía a este autor catalán afincado en México DF -es
profesor de Filosofía del Derecho en la UNAM- por sus artículos publicados en
el El País y Rockdelux. Confieso que los leía de
tarde en tarde y sin demasiada devoción hasta que cayó en mis manos Hipocondría
moral (Barcelona, Anagrama, 2022), un breve ensayo sobre la culpa y la
responsabilidad, escrito conjuntamente con Natalia Carrillo, que
analiza el concepto homónimo de Erich Fromm a través de
algunas obras de Philip Roth, Joan Didion, Mark
Fisher, Hannah Arendt y Bernard Williams, sin
olvidar la delirante película mexicana La vida criminal de Archibaldo
Cruz, de Luis Buñuel. La hipocondría moral es un afección
pequeñoburguesa que hace que algunas personas se sientan culpables de los males
y enfermedades del mundo político, social y cultural. Una falsa consciencia que
revela, por añadidura, un fuerte narcisismo patológico.
En este opúsculo aparece el término escombros que,
aunque referido por Carrillo y Luque al género ensayístico, me ha servido para
calificar las obras del segundo: prosas híbridas, complejas, que mezclan
realidad y ficción, narrativa y ensayo, siempre de difícil taxonomía. Como
ambos autores nos cuentan, el concepto escombros está
inspirado en el filósofo norteamericano Robert Nozick, que describe
la filosofía no como una torre construida con pruebas lógicas superpuestas,
sino como un templo griego en el que las diferentes visiones filosóficas son
columnas. Así, si un seísmo filosófico derrumbara el edificio, quedarían bellas
ruinas dignas de ser estudiadas, como las del Partenón. No interesa el polvo
del desplome, sino el material de derribo ácrono sobre el que se puede volver
construir otro edificio, otra nueva obra. Si un ensayo, una novela o cuento no
ha sido derrumbado por los embates del tiempo y la crítica, sino no se ha
venido abajo a causa de la aluminosis, no es ni un ensayo, ni una novela, ni un
cuento. Es otra cosa: un precioso vestigio para indagar, para construir a
partir de él, porque lo que importa a la hora de escribir, lo mismo que a la
hora de vivir, «es dejar unas ruinas hermosas, embellecer el mundo con algún
puñadito más de escombros».
Hipocondría moral me hizo dar un salto hacia
atrás en la bibliografía de nuestro autor y excavar en otro escombro suyo: Las
cosas como son y otras fantasías. Moral, imaginación y arte narrativo,
trabajo con el que ganó en 2020 el Premio Anagrama de Ensayo. Aquí
descubrí que la Nat de la dedicatoria era Natalia Carrillo y que la Mara a
quien se le dedica Hipocondría moral era la hija de ambos. A
madre e hija me las he vuelto a tropezar en Ñu, así como a otros
autores y personajes, reales y ficticios.
Puede que alguien considere banal esta interrelación, pero
la unidad de personajes, con un uso casi de serialidad, es la marca de fábrica
de los escombros de Luque, bien sean pretendidas novelas o
supuestos ensayos, al menos así lo he comprobado en los tres títulos
consultados. De esta marca también participan la formulación de grandes
preguntas filosóficas, la crítica literaria y las unidades de acción, tiempo y
lugar(es). Nuestro autor, al menos me gustaría pensarlo, conoce las poéticas de
Aristóteles y Horacio y debe de haber leído a Lope de Vega: bellas ruinas a
prueba de terremotos y de la presión antropocénica.
Las cosas como son se adentra en los vericuetos
de la moral y el arte, especialmente de la literatura, a partir del dilema
entre suprimir el juicio moral o mimetizar el veredicto de culpable o inocente.
Luque considera que el arte y la literatura son disciplinas transformativas e
intenta demostrarnos que el juicio moral es mucho más complejo e interesante
cuando entra en juego la imaginación y no se busca ni la absolución ni la
condena de la obra o el autor.
En este ensayo, Luque se saca de la manga el concepto arte
himenóptero que alude a la ficción y se apoya en la imaginación, a la que
denomina miel, bien para construir una narración fantasiosa complementada con
elementos reales o al revés. El arte himenóptero concibe la imaginación «como
una manera de intentar acceder a la maquinaria moral, a la estructura emotiva
de los humanos», que es como poner encima de la mesa el discurso ideológico y
su control, el compromiso del intelectual y, atención, la culpa. Tema denso y
no exento de ambigüedades que Luque desgrana examinando las hermosas ruinas
de Lolita de Vladimir Nabokov, El mar, el
mar de Iris Murdoch, Canto jo i la muntanya
balla de Irene Solá, Temporada de Huracanes de Fernanda
Melchor, y la película La pianista de Michael
Haneke.
Ñu (Barcelona, Anagrama, 2024), el título de
Luque que de verdad nos ocupa en este apunte, es una ejemplarización de todo lo
dicho anteriormente. Un paso más en su pensamiento. Un escombro que
filosofa sobre la solución y la respuesta sin olvidar la culpa, la moral y la
imaginación, temas que confieren una gran homogeneidad a su obra, al menos a la
que conozco hasta ahora.
Ñu es la palabra de dos letras que suele aparecer en muchos
crucigramas españoles y que se corresponde con la definición de bóvido
africano. Pero la respuesta ñu no es la solución del crucigrama. «Ñu es la
solución a un problema que en realidad no tienes. O sea, no es una solución, es
una obviedad, un autoengaño, una respuesta fácil o incluso una excusa para
justificarte[…]Solo a los ignorantes y a los vanidosos se nos puede ocurrir que
tiene que haber una solución para cada problema. Y es que los que rumian y
rumian descubren problemas donde no los hay y entonces como en un diluvio de
espejos, por todos los lados ven ñus[…]El ignorante sabe una única cosa, pero
se trata de una cosa decisiva: que es un ignorante. Y entonces piensa: ‘Como
todo lo ignoro, para todo encuentro solución’. Las soluciones son invenciones,
fantasías». De nuevo, la hipocondría moral, la imaginación y el arte
himenóptero. Todo en uno.
Luque es un escritor de bellos escombros a
partir de hermosos vestigios, ya lo hemos dicho. Si lo son sus ensayos, Ñu no
iba a ser menos. Una obra que se desarrolla entorno a una conversación
filosófica intermitente que mantiene el autor/narrador con una poeta llamada
Curiel Jordana. Un ejercicio dialéctico sobre la búsqueda de soluciones y
respuestas, morales o no, que le permite debatir con su propio yo, porque Ñu,
en el fondo, es un soliloquio. ¿Quién no nos dice qué Curiel no es Luque?
En Las cosas como son también aparecen sus poemas, pero no hay
rastro de su autora ni de las obras que se citan por ninguna parte.
Luque y Curiel conversan y buscan la respuesta o la solución
a través de la reflexión sobre el amor, la amistad, la culpa, la familia, la
vida y la literatura. El relato viaja de Génova a Barcelona y de Vilafranca del
Penedés a México DF. Del presente al pasado y del pasado al futuro por medio de
historias, reales o ficticias, complementadas imaginativamente con los bellos
cascotes de reseñas de libros, comentarios sobre películas, vivencias
personales y reflexiones existenciales. Un deambular de personajes entrañables
y delirantes como Di Bastone, Federica, los amigos de su infancia en
Vilafranca, los compañeros de la UNAM, la familia o la misma Curiel con su
singular bar equívocamente swinger. Todos y todo enriquecen la
conversación con disquisiciones, disgregaciones o nuevas preguntas, acumulación
de valiosos derribos para componer un nuevo Tell Al-Amarna. No faltan las
referencias a Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Albert
Serra, Luis Magrinyà, Manuel Vázquez Montalbán, Fabrizio
De André y Blanca Llum Vidal. Dos lenguas y un concepto
único de cultura universal. Muy sobresalientes resultan las páginas en las que
Luque habla de su bilingüismo.
¿Es posible desentrañar la frontera entre lo que llamamos
vida y lo que denominamos literatura? ¿La literatura puede ser una solución o
una respuesta a la vida cuando esta no nos las da? ¿Dónde están los límites de
los géneros literarios? Estas son algunas de las preguntas que Luque se formula
en Ñu. Aquí las dejamos para que el lector excave en los escombros,
profundice, busque restos arqueológicos con los que construir su propio tell que
le haga relativizar su posición -siempre subjetiva- en el mundo, pero sin el
autoengaño de la fácil respuesta ñu y sin el narcisismo patológico. La vida,
como la literatura -sea ensayo, poema, narración o teatro. Hermoso escombro,
en definitiva-, debe de plantearnos conflictos, incógnitas y misterios. Y,
afortunadamente, no todos tienen solución ni respuesta. Como nos aconseja
Luque, lo nuestro es indagar y construir en los bellos vestigios alejados de
los parajes donde pace el ñu.
Nota: Las citas entrecomilladas están
extraídas las obras de Pau Luque..
Pd. ¡¡¡Muchas gracias por tus palabras Manolo!!
- Título: 'Ñu'
- Autor: Pau Luque
- Editorial: Anagrama
- Año de edición: 2024
- Páginas: 200
- Idioma: Castellano
- Precio: 17.90
Si queréis reservar un ejemplar o que os lo enviemos a casa, escribirnos a info@llibrerialamoixeranga.com